Los temblores -movimientos involuntarios y rítmicos de una o varias partes del cuerpo- son muy frecuentes en las personas mayores. En realidad, existen varios tipos diferentes de temblor clasificados según las causas subyacentes y la forma en que se presentan los temblores. En este post, le explicaremos lo que necesita saber sobre el tipo más común: los temblores esenciales.
¿Qué son los temblores esenciales?
El temblor esencial hace que algunas partes del cuerpo tiemblen o se agiten al intentar utilizarlas. Es lo que se conoce como “temblor de acción”, es decir, que sólo se produce con el movimiento voluntario de un músculo (como agarrar un bolígrafo o mantener el brazo extendido) y cesa cuando el músculo está en reposo. Los temblores esenciales suelen afectar a las manos, pero también pueden afectar a otras partes del cuerpo.
Los temblores esenciales son la forma más común de temblor y uno de los trastornos del movimiento más frecuentes, ya que afectan a alrededor del 5% de las personas mayores de 60 años en todo el mundo. Se desconoce su causa exacta, pero algunas investigaciones sugieren que el cerebelo (la parte del cerebro responsable de la coordinación muscular) y otras partes del cerebro pueden no estar comunicándose correctamente entre sí en las personas con temblores esenciales.
Diagnóstico y tratamiento de los temblores esenciales
En algunas personas, el temblor esencial es leve y permanece estable durante muchos años. Por desgracia, el temblor suele intensificarse con el tiempo. Por eso es importante obtener un diagnóstico profesional y un plan de tratamiento para evitar que el temblor interfiera en las actividades de la vida diaria.
No existe ninguna prueba médica que pueda confirmar si una persona padece un temblor esencial. En su lugar, el diagnóstico consiste en descartar otras afecciones que puedan estar causando los síntomas. Su médico empezará con una exploración física de sus síntomas, así como una revisión de sus antecedentes médicos y familiares (los temblores esenciales pueden transmitirse genéticamente, en cuyo caso, su médico puede referirse a ellos como temblores familiares). También pueden solicitar análisis de sangre y pruebas de imagen para descartar afecciones subyacentes que pueden causar temblores, como el hipertiroidismo.
En sí mismo, un temblor esencial no es una afección peligrosa y puede no necesitar ningún tratamiento. Sin embargo, si el temblor le impide realizar sus actividades cotidianas, su médico puede recetarle fármacos como betabloqueantes o anticonvulsivos para reducir la intensidad de los temblores. También existen muchos tratamientos de segunda línea, como la terapia de estimulación nerviosa, el bótox, los dispositivos implantables y las intervenciones quirúrgicas.
Si los temblores esenciales empiezan a afectar a su calidad de vida o si aparecen nuevos síntomas neurológicos, como entumecimiento o debilidad, consulte a su médico sobre éstas y otras opciones, como cambios en el estilo de vida.