Todos sabemos que el ejercicio es “bueno” para la salud. A medida que envejecemos, el movimiento se vuelve más vital para la salud y el bienestar general. En general, la actividad física continua ayudará a las personas a mantener su independencia durante mucho más tiempo. Nadie aprovecha más los beneficios del ejercicio físico que los adultos mayores. Todos los aspectos de la vida mejoran con la cantidad adecuada de actividad, incluso si se empieza a hacer ejercicio más tarde en la vida.
He aquí algunas de las muchas formas en que el ejercicio nos ayuda a medida que envejecemos.
Aumenta los niveles de energía
Muchas personas evitan hacer ejercicio porque se sienten demasiado cansadas. Lo cierto es que el ejercicio proporciona subidones de energía. La hora del día que elijas para ponerte activo debe ser constante. Las personas que empiezan el día haciendo ejercicio suelen tener más energía a lo largo del día. Los estudios demuestran que el ejercicio no sólo aumenta la potencia, sino que ayuda a disminuir la fatiga. Con la práctica regular, el cuerpo humano se enseña a sí mismo a aumentar la energía.
Disminuye los síntomas de la depresión
No cabe la menor duda. El ejercicio ayuda a combatir la depresión, sobre todo en adultos mayores. Envejecer puede acarrear más dolores físicos y pérdida de memoria. Enfrentarse a estos problemas aumenta naturalmente la depresión. El ejercicio proporciona la liberación de endorfinas (hormonas del bienestar), así como confianza y más autocontrol. Para muchos, el ejercicio es una actividad social. Un simple paseo diario con un amigo o un cuidador es algo que apetece mientras se mejora la salud mental en general. Todas las residencias para mayores ofrecen programas de ejercicio tanto para la vida independiente como para la asistida.
Mantiene o disminuye el peso
Este hecho es un poco obvio. A medida que el metabolismo se ralentiza de forma natural con la edad, mantener un peso saludable puede convertirse en un reto. El ejercicio regular ayuda a aumentar el metabolismo y a desarrollar masa muscular, lo que permite al cuerpo quemar más calorías.
Reduce el impacto de las enfermedades y las dolencias crónicas
Las personas mayores que hacen ejercicio suelen tener un mejor funcionamiento inmunitario y digestivo, una presión arterial más baja, una mayor densidad ósea y un menor riesgo de padecer Alzheimer, diabetes, obesidad, cardiopatías, osteoporosis y ciertos tipos de cáncer. Por supuesto, el ejercicio por sí solo no garantiza una buena salud, pero los adultos mayores pueden influir en las enfermedades y mejorar la calidad de vida en general con una dieta y un estilo de vida saludables.
Mejora la movilidad, la flexibilidad y el equilibrio
A menudo, las personas ralentizan el ejercicio y la actividad física porque experimentan pérdida de equilibrio y tienen miedo a las caídas. Sin embargo, el ejercicio mejora la fuerza, la flexibilidad y la postura, ayuda al equilibrio y la coordinación y reduce el riesgo de caídas. Cuanto más fuerte sea su cuerpo, menor será el impacto de las afecciones crónicas. La mayoría de estas afecciones no tienen cura, pero el ejercicio fortalecerá tu cuerpo. Cuanto más fuerte sea el organismo, menores serán los impactos negativos.
Tanto si se vive de forma independiente como en una residencia asistida, el ejercicio es muy recomendable para las personas mayores. Si estás empezando a hacer ejercicio, siempre debes consultar a tu médico y asegurarte de que tienes autorización médica. Comprende tus limitaciones y ve poco a poco. Asista a clases con expertos que enseñan a fortalecer suavemente. Asista a clases de fitness y aproveche los beneficios sociales. Crea un grupo de senderismo y hazlo más divertido utilizando un localizador GPS personal. Es divertido e inspirador ver tus progresos. A ver si alguna vez alcanzas los 10.000 pasos diarios recomendados: es mucho menos de lo que crees.
Aunque los adultos necesiten ayuda para caminar o moverse, el ejercicio sigue siendo muy factible. Hay que seguir unas medidas de seguridad y siempre debe haber supervisión. La cuestión es que, si quieres mantenerte activo, es posible. Elabore un plan con un médico y un cuidador e introdúzcalo en un calendario. Debatir qué tipos de ejercicio son seguros y eficaces. Asegúrate de combinar ejercicios de fuerza y cardio con ejercicios de estiramiento y respiración. Incluso la lectura de un libro puede modificarse para incluir actividad física.
Miami Jewish Health se encuentra en Miami. Animamos a todos nuestros residentes, pacientes y visitantes a que beban mucha agua y lleven líquidos consigo si hacen ejercicio al aire libre. Busca signos de deshidratación. La deshidratación es más rápida en la tercera edad, por lo que beber agua es vital. También ayudará a eliminar toxinas e impurezas.
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