Explicación de los sustitutos del azúcar

Aunque sabroso con moderación, un exceso de azúcar puede ser perjudicial para la salud. Limitar el consumo de azúcar es especialmente importante para las personas mayores. El consumo excesivo de azúcares añadidos puede provocar obesidad, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiacas. Algunos estudios sugieren que también puede haber una relación entre el consumo de azúcar y el aumento del riesgo de demencia. Afortunadamente, existen muchos sustitutos del azúcar, todos con diferentes sabores, dulzores y fuentes. En esta entrada del blog, trataremos algunos datos sobre algunos de los sustitutos del azúcar más populares.

Stevia

La stevia es un edulcorante sin calorías elaborado a partir de los glucósidos de esteviol que se extraen de las hojas de la planta stevia rebaudiana. Dependiendo de la pureza del extracto, la estevia puede tener un sabor entre 200 y 400 veces más dulce que el azúcar. Algunas personas pueden notar un regusto amargo de la stevia, por lo que no todo el mundo la disfruta. Dicho esto, suele maridar bien con el café. Como no se descompone fácilmente a altas temperaturas, también puede utilizarlo para recetas de repostería con menos calorías.

Dato curioso: LaStevia rebaudiana es originaria de las regiones de Brasil y Paraguay.

Sucralosa

La sucralosa es un edulcorante artificial que se sintetiza a partir de la sacarosa, la misma sustancia que se extrae de las plantas y se refina en azúcar de mesa común. Sin embargo, la sucralosa sabe unas 600 veces más dulce que el azúcar. También es una opción popular entre los diabéticos porque pasa por el organismo sin absorberse y sin afectar a los niveles de azúcar en sangre. La sucralosa puede utilizarse en repostería, pero como no se funde tan fácilmente como el azúcar a altas temperaturas, puede cambiar la textura de ciertas recetas.

Dato curioso: en Estados Unidos, los sobres de sucralosa son siempre amarillos. Pero en Canadá, los paquetes amarillos contienen otro tipo de edulcorante artificial: ciclamato sódico.

Aspartamo

El aspartamo, el edulcorante artificial que viene en sobrecitos azules y da a la Coca-Cola Light su sabor característico, se deriva de dos aminoácidos llamados ácido aspártico y fenilalanina. A diferencia de la sucralosa, el aspartamo puede descomponerse y absorberse en el proceso digestivo, por lo que puede aportar una pequeña cantidad de calorías a su dieta. El aspartamo es unas 200 veces más dulce que el azúcar, pero ese sabor desaparece cuando se descompone a altas temperaturas, por lo que no es adecuado para hornear o cocinar.

A lo largo de los años, el aspartamo ha sido objeto de escrutinio por sus posibles efectos negativos para la salud. Esto ha hecho que el aspartamo sea “una de las sustancias más exhaustivamente estudiadas en la alimentación humana, con más de 100 estudios que avalan su seguridad”, según la FDA. La excepción serían las personas con fenilcetonuria (PKU) -una enfermedad poco frecuente en la que uno es incapaz de metabolizar la fenilalanina (uno de los aminoácidos del aspartamo)-, que no deberían consumir aspartamo.

Dato curioso: El aspartamo fue descubierto por accidente en 1965 por el químico James M. Schlatter.

Sacarina

La sacarina es otro edulcorante sin calorías que sabe unas 300 veces más dulce que el azúcar y puede utilizarse como sustituto bajo en calorías al hornear. Pero, al igual que la stevia, tiene un regusto desagradable.

A finales de los años 70, el Congreso estadounidense exigió que los productos que contuvieran sacarina llevaran una etiqueta de advertencia en la que se indicara que la sacarina podía aumentar el riesgo de cáncer. Esto se debe a estudios que demostraron que la sacarina estaba relacionada con el desarrollo de cáncer de vejiga en ratas de laboratorio. Sin embargo, más tarde se demostró que la sacarina provoca cáncer en ratas por un mecanismo que no se da en humanos, por lo que la etiqueta de advertencia se retiró en 2001.

Dato curioso: La sacarina es el edulcorante artificial comercializado más antiguo y se sintetizó por primera vez en 1879.

Diabéticos, tomen nota

Los diabéticos deben ser conscientes de que los edulcorantes en polvo sin calorías, incluida la stevia, suelen mezclarse con dextrosa, que contiene una cantidad muy pequeña de calorías que técnicamente puede afectar a los niveles de azúcar en sangre. La dextrosa se utiliza como relleno para que el edulcorante sea más parecido al azúcar de mesa normal. Muchos sustitutos del azúcar tienen un sabor cientos de veces más dulce que el azúcar. Sin la dextrosa, los envases de los edulcorantes podrían parecer demasiado pequeños para su precio y sería mucho más fácil endulzar en exceso alimentos y bebidas por accidente. Si quiere evitar el consumo de dextrosa, utilice extractos líquidos de edulcorantes sin calorías.

La clave está en la moderación

Según un estudio publicado en la revista Physiology & Behavior, los edulcorantes artificiales pueden alterar la respuesta del cerebro al sabor dulce y afectar a la capacidad de sentirse satisfecho cuando se ingieren alimentos o bebidas de sabor dulce, lo que supone un riesgo de consumirlos en exceso. Así que, aunque sustituyas el azúcar por edulcorantes sin calorías, disfrútalos con moderación para mantener una dieta sana.

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