Ser cuidador familiar es una función noble y gratificante, pero también puede ser increíblemente difícil y emocionalmente agotadora. Cuando nos dedicamos a cuidar de nuestros seres queridos, a menudo pasamos por alto el impacto que tiene en nuestro propio bienestar.
Aunque los cuidadores experimentan muchas emociones positivas relacionadas con su función, la AARP informa de que más del 35% está muy estresado, y un alarmante 23% tiene dificultades para cuidar de su propia salud. Sin las estrategias de afrontamiento adecuadas, las presiones y responsabilidades de los cuidadores pueden conducir al agotamiento, un estado de agotamiento físico y emocional con graves consecuencias para la salud. De hecho, según la AARP, el 23% de los cuidadores afirman que la prestación de cuidados ha empeorado su propia salud.
La montaña rusa emocional del cuidado familiar
Los cuidadores familiares experimentan una amplia gama de emociones a lo largo de su viaje. Aunque la sensación de propósito y realización es innegable, es esencial reconocer la carga emocional que puede suponer la prestación de cuidados. Los sentimientos de presión, culpa y agotamiento no son infrecuentes entre los cuidadores. Reconocer y abordar estas emociones, antes de que se conviertan en agotamiento y empiecen a afectar a su salud, es crucial para ser un cuidador familiar eficaz.
Signos de agotamiento del cuidador
Un estrés importante durante largos periodos puede acabar provocando una serie de síntomas físicos y mentales conocidos como burnout. Entre los signos de que puede estar sufriendo agotamiento del cuidador se incluyen:
- Retraimiento social
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba
- Sentirse deprimido, ansioso y/o fácilmente irritable
- Sentirse abrumado, desesperanzado o como si estuviera perdiendo el control de su vida.
- Falta de motivación
- Cambios en el apetito y/o el peso
- Cambios en los patrones de sueño
- Enfermarse más a menudo
- Agotamiento emocional y físico
Cómo afrontar el agotamiento del cuidador
Casi todos los cuidadores experimentan agotamiento en algún momento, pero dejarlo sin tratar puede afectar negativamente a su capacidad para cuidar de su ser querido. No deje que la culpa le impida tomarse un descanso tan necesario; el autocuidado proactivo es esencial para cuidar. Para ayudarle a sobrellevar el estrés del cuidador, pruebe estos consejos.
Dé prioridad al cuidado personal: Date permiso para atender tus necesidades físicas y emocionales. Descansa lo suficiente, come de forma equilibrada, haz ejercicio con regularidad y dedica tiempo a actividades que te aporten alegría. Si tiene problemas para desconectar del cuidado incluso mientras se relaja, considere la posibilidad de acudir a un terapeuta para que le proporcione estrategias adicionales para minimizar el agotamiento.
Obtenga apoyo de su red social: Acude a familiares y amigos en busca de ayuda y apoyo emocional. Puede que estén dispuestos a ayudar con algunas tareas, liberando tiempo para que usted se descomprima. Además, hablar con alguien que comprenda tu situación puede ser muy terapéutico.
Pruebe un enfoque diferente: Para que el cuidado resulte más manejable, divida las tareas grandes en pasos más pequeños que pueda abordar de uno en uno. Establezca una rutina para crear una sensación de previsibilidad y control. Parece poca cosa, pero tener un plan organizado puede ayudarte a sentirte menos estresado y abrumado.
Cambie su estado de ánimo: El estrés de los cuidados puede afectar a su salud mental tanto como a su salud física, si no más. Para reducir la ansiedad y mejorar la resiliencia mental, reconozca sus límites y delegue tareas en otras personas siempre que sea posible. Si crees que una tarea será demasiado agotadora o te llevará demasiado tiempo, puedes decir que no. Incorpore técnicas de atención plena y relajación a su rutina diaria, aunque sólo sea durante 10 minutos al día.
Planifique el relevo: Recurrir regularmente a servicios de respiro es vital para reducir tus niveles de estrés y prevenir el agotamiento del cuidador. Los cuidados de relevo son los cuidados y el apoyo temporales que un cuidador profesional presta a su ser querido, permitiéndole a usted, como cuidador principal, tomarse un descanso muy necesario. Puede ser un recurso inestimable que le dé tiempo para reponer fuerzas y atender a sus propias necesidades, lo que le permitirá prestar mejores cuidados cuando regrese.
Los seguros no siempre cubren los servicios de relevo. Sin embargo, puede haber servicios disponibles en su comunidad a bajo coste o gratuitos. Por ejemplo, el Programa de Atención Integral a las Personas Mayores (PACE) ofrece a los participantes inscritos y a sus familias acceso a formación para cuidadores, grupos de apoyo, centros de día para adultos y otros muchos recursos para el cuidado de personas mayores.
Por último, para obtener más estrategias y apoyo en materia de cuidados, recomendamos visitar las siguientes organizaciones:
- Alianza de cuidadores familiares
- Alianza Nacional de Cuidadores
- Red de Acción de Cuidadores
- Localizador de residencias de ancianos
Como cuidador familiar, es esencial reconocer el impacto del agotamiento del cuidador y tomar medidas proactivas para cuidarse a sí mismo. Recuerda que no pasa nada por pedir ayuda y dar prioridad a tu salud. Si practica el autocuidado, podrá proporcionar los mejores cuidados a sus seres queridos.