Demencia y enfermedad de Alzheimer: ¿Cuál es la diferencia?

A menudo la gente se pregunta si la enfermedad de Alzheimer es lo mismo que la demencia. Los términos se utilizan con frecuencia indistintamente, y la gente asume que tienen el mismo significado. Demencia es un término amplio que describe una gran variedad de trastornos que implican un deterioro cognitivo debido a una lesión cerebral. La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia e implica la pérdida progresiva de todas las funciones cognitivas. En 2013, la Asociación Americana de Psiquiatría propuso un nuevo nombre para la demencia que los médicos están empezando a utilizar ampliamente: trastorno neurocognitivo mayor.

Es importante tener en cuenta que a medida que envejecemos se producen algunos cambios normales en nuestra memoria y otras funciones cognitivas. Estos cambios pueden ser perceptibles y molestos en ocasiones, pero no deben ser tan frecuentes ni significativos como para interferir en el funcionamiento normal de la vida diaria. Si sospecha que usted o un ser querido pueden presentar cambios cognitivos que parecen superar este nivel normal, es esencial programar una evaluación clínica completa lo antes posible. Cuanto antes se diagnostique, mayor será la oportunidad de iniciar cualquier tratamiento o terapia disponible para mejorar, ralentizar o estabilizar los síntomas.

Enfermedad de Alzheimer

Aproximadamente el 70% de las personas que padecen demencia tienen Alzheimer. Los primeros síntomas del Alzheimer pueden incluir:

  • Pérdida de memoria de acontecimientos recientes
  • Repetición de preguntas o comentarios
  • Dificultad para realizar las tareas cotidianas
  • Desorientación respecto al tiempo, los lugares conocidos o las personas
  • Cambios de humor, comportamiento y/o personalidad (por ejemplo, ansiedad, depresión, apatía, agitación, comportamientos inadecuados).

Una evaluación exhaustiva para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia implicará obtener una descripción e historial de los cambios cognitivos, revisar el historial médico y psiquiátrico (incluida la revisión de la medicación), pruebas cognitivas, pruebas y exámenes de laboratorio pertinentes y un escáner cerebral. Nuevos escáneres cerebrales e incluso análisis de sangre de última generación pretenden ayudar a identificar la presencia de dos proteínas tóxicas clave en el cerebro de las personas con Alzheimer, llamadas beta-amiloide y tau. La acumulación lenta pero constante de estas proteínas comienza años antes de que aparezcan los síntomas, pero acaba provocando daños en las células cerebrales y sus conexiones que dan lugar a síntomas cognitivos, así como a cambios en el aspecto y el funcionamiento del cerebro en la exploración. Estos cambios observables y medibles en el cerebro de una persona se denominan biomarcadores.

Existen varias fases generales del Alzheimer.

Presintomáticos con biomarcadores positivos

Una persona en esta fase no presenta ningún síntoma cognitivo real, pero los escáneres cerebrales y/o una punción lumbar revelan pruebas de biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer, como la presencia de beta-amiloide o tau, o patrones de contracción cerebral o pérdida de función coherentes con la enfermedad de Alzheimer.

Síntomas leves con biomarcadores positivos

Los síntomas de la enfermedad no son muy perceptibles, salvo con pruebas neuropsicológicas, pero los individuos siguen siendo capaces de funcionar de forma independiente. Además, existen pruebas de biomarcadores de la enfermedad. Llamamos a esta etapa deterioro cognitivo leve debido a la enfermedad de Alzheimer.

Enfermedad de Alzheimer

En el pasado, ahí es donde comenzaba toda la estadificación, pero ahora sabemos que se han producido cambios en el cerebro durante años antes de que una persona llegue a este punto. En el mejor de los casos, existen pruebas de biomarcadores que apoyan el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, aunque el diagnóstico se suele hacer basándose en síntomas progresivos que afectan a todos los dominios de la función cognitiva. A continuación, podemos dividirla en estadios leves, moderados y avanzados (aunque también existen esquemas de estadificación más detallados).

En la enfermedad de Alzheimer leve, las personas siguen siendo relativamente independientes, pero cada vez necesitan más ayuda con las actividades cotidianas, incluidas indicaciones y recordatorios. También puede haber cambios importantes en el estado de ánimo o el comportamiento que deban abordarse y las habilidades de comunicación empiezan a ser más difíciles.

En la enfermedad de Alzheimer moderada, la mayoría de las personas necesitan supervisión regular y ayuda con las actividades cotidianas, y no deben conducir, administrar medicamentos ni realizar solas ninguna actividad que pueda suponer un riesgo para ellas. El lenguaje y el reconocimiento disminuyen y pueden hacer que los individuos se sientan frustrados y enfadados y quieran retirarse de las actividades sociales. Se necesitan más cuidados en casa o en centros de asistencia.

En la enfermedad de Alzheimer avanzada, las personas necesitarán supervisión y asistencia las 24 horas del día para la mayoría de las actividades de la vida diaria, incluso en las unidades de cuidados de la memoria, y cada vez tendrán más dificultades para participar en actividades, comunicarse, reconocer a familiares y amigos y actuar adecuadamente. En los últimos años de esta etapa, desaparecerá la capacidad de andar, hablar, alimentarse y controlar los intestinos y la vejiga. Las personas con Alzheimer avanzado pueden seguir beneficiándose de las interacciones con sus cuidadores y familiares. A menudo, una caricia cariñosa o música relajante pueden ayudar a calmar y tranquilizar a una persona cuando no puede comunicarse. Los cuidados paliativos pueden ayudar a pacientes y familiares a prepararse para el final de la vida con dignidad y paz.

Recursos para vivir con Alzheimer

En el Instituto MIND, toda nuestra práctica está dedicada al diagnóstico empático, la gimnasia cerebral, los ejercicios mentales, la investigación innovadora, la atención personalizada y el apoyo a las personas y sus familias. Contamos con un equipo especializado de médicos dirigidos por el Dr. Marc Agronin, experto en Alzheimer conocido en todo el país. Para más información, llame a la línea directa del Instituto MIND del Miami Jewish Health al (305) 514-8710.

La Alzheimer’s Associationes uno de los mejores recursos disponibles. Es un recurso para las personas que viven con la enfermedad, sus familias y sus cuidadores. El apoyo a los cuidadores es fundamental, y la Alzheimer’s Association ofrece una base de datos de búsqueda de grupos de apoyo locales. Si se encuentra en medio de una crisis, hay un teléfono de ayuda 24 horas al día, 7 días a la semana. Puede llamar a la Asociación de Alzheimer al 1-800-272-3900.

Alzheimers.gov es el recurso del gobierno federal para las personas que viven con Alzheimer.

Las comunidades en línea que ofrecen reuniones e interacciones virtuales son excelentes para los cuidadores que disponen de poco tiempo para asistir a reuniones locales.

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